Reportaje: El Árbol Civilizado, Una Llamada a la Conexión Verde
Un debate sobre el papel de los árboles en la sociedad moderna

Inma Gascón Y Cesc Villarrubias
Del ecopostureo a la democracia deliberativa, pasando por conceptos como el árbol social o la naturalización, la mesa redonda titulada “El Árbol Civilizado” reunió, durante el Festival Arbre Mès Vida organizado el pasado noviembre en Petra, Mallorca, a voces destacadas y al público en un intercambio profundo sobre la relación entre humanos y árboles. Los asistentes fueron invitados a reflexionar sobre los desafíos de integrar la naturaleza en nuestras ciudades y el modo en que debemos ver a los árboles, no solo como elementos decorativos, sino como pilares de vida y equilibrio ambiental.
Escuchar y conectar: El reto de urbanizar sin desconectar del árbol
Inma Gascón, especialista en arbolado urbano, destacó la necesidad de abrir espacios de reflexión no solo para ver el árbol como ornamento, sino para escuchar nuestras propias necesidades de conexión con la naturaleza. “No se trata solo de hacer visible que amamos la naturaleza; debemos aprender a convivir y a respetar, a incluir a todos en estos espacios de verde accesible”.
“No se trata solo de hacer visible que amamos la naturaleza; debemos aprender a convivir y a respetar, a incluir a todos en estos espacios de verde accesible”.
Por su parte, el arborista Alex Cuadrado aportó su perspectiva desde una visión más simbólica y filosófica, compartiendo la idea del árbol como “casa, templo y sustento”, una alusión al naturalista Ignacio Abella. Para Cuadrado, un “árbol ornamental” no solo embellece, sino que también constituye un espacio de integración social, “el árbol social”, que, situado en el corazón de nuestras ciudades, invita a una convivencia más armónica y equilibrada.
Convertir el árbol en sujeto y luchar contra el cambio climático
El arborista y formador, Cesc Vilarrubias, presentó una visión provocadora: dejar de considerar al árbol como objeto y reconocerlo como sujeto. “Nos enfrentamos a una gran oportunidad en este contexto de cambio climático. Es el momento de arborizarnos”, afirmó. Su propuesta sugiere un cambio cultural profundo, donde cada árbol sea respetado y cuidado como un miembro vivo y esencial del tejido urbano. Vilarrubias considera que esta transformación mental y social es posible y necesaria. Y parte de la base imprescindible de sensibilizar a través de la formación especialmente en las poblaciones pequeñas, o al menos comenzar por estos municipios que son más receptivos.
La felicidad en la naturaleza: educar con valentía y optimismo
Andrés Margaz, artista y psicólogo, planteó una mirada llena de optimismo sobre el rol de los árboles en nuestras vidas. “Los árboles nos dan la felicidad”, explicó, resaltando la necesidad de educar mediante el ejemplo y la sonrisa. Para Margaz, el camino hacia la sostenibilidad se construye desde el entusiasmo y el compromiso personal, y considera que la verdadera valentía ambiental radica en avanzar con optimismo y resiliencia.
Colaboración y ODS: el cambio desde lo colectivo
Caterina Amengual, técnica superior en cambio climático, introdujo la importancia de la colaboración para alcanzar objetivos sostenibles. Refiriéndose al ODS 17, Amengual enfatizó la necesidad de alianzas y del trabajo en equipo para lograr que el proyecto de plantar 3 millones de árboles se convierta en una realidad, sugiriendo incluso un “telediario de árboles” para hacer visibles estos esfuerzos. “Tenemos derecho a equivocarnos, pero también a aprender y valorar nuestro capital natural”, afirmó, subrayando el papel de cada ciudadano en esta transformación.
El público: voces de la comunidad para una naturaleza equilibrada

La audiencia no solo escuchó, sino que participó activamente en la mesa redonda, planteando ideas y preocupaciones sobre el rol de los árboles y los derechos que deberíamos otorgarles en nuestras ciudades. “Es necesario que las sombras tengan un valor, que quienes contaminan asuman los costos de la huella de carbono, y que se generen equipos multidisciplinares en este sector”, comentaron. La audiencia también se pronunció en favor de una “democracia deliberativa” que implique a la comunidad en decisiones ambientales.
Uno de los mensajes más impactantes finales fue la afirmación de que “la naturaleza lo equilibrará todo”, una declaración que refleja la confianza en la resiliencia natural y la interconexión de todas las especies, incluido el ser humano.
Reflexiones finales: ¿Hacia un mundo “arborizado”?
La mesa redonda “El Árbol Civilizado” no solo fue un debate, sino una invitación a reconectar con la naturaleza y redescubrir el papel vital de los árboles en nuestra vida cotidiana. Nos encontramos ante la oportunidad de entender a los árboles más allá de su función decorativa: como amigos, protectores y maestros. Arborizarnos, como sugirió Vilarrubias, quizás sea el primer paso para reencontrar el equilibrio y la armonía en nuestras ciudades.
La conclusión unánime de los ponentes y el público fue clara: la naturaleza no necesita de nosotros, pero nosotros sí de ella, y es nuestro deber mantener un vínculo saludable con el entorno natural para construir una sociedad más justa, verde y empática.